La detección temprana de problemas como fugas o cambios de temperatura es clave para la prevención de fallas que causan detenciones costosas, o accidentes que pueden poner en riesgo a personas, infraestructura y ambiente. Aunque muchos sistemas inteligentes pueden identificar el área que está generando problemas, una inspección visual sigue siendo necesaria para determinar el lugar exacto del desperfecto.
A veces esto ocurre en zonas de difícil acceso, o en maquinaria que se encuentra en espacios seguros con acceso restringido mientras el proceso está en marcha, añadiendo otra capa de dificultad ya que el fallo no se puede localizar con la maquinaria detenida. Es aquí donde la tecnología hace la vida más fácil con herramientas que facilitan esta labor.
En este artículo haremos una comparación entre dos tecnologías de detección bastante útiles para ubicar fallas: las cámaras infrarrojas y las cámaras acústicas, veremos sus pros y contras para que puedas elegir la herramienta correcta.
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La primera diferencia es, lógicamente, la naturaleza misma de las tecnologías que potencia cada dispositivo. Las cámaras termográficas funcionan detectando la radiación infrarroja que emite un objeto, asociada a la temperatura; por su parte, las cámaras acústicas detectan ondas sonoras, convirtiéndolas en una representación gráfica para identificar la zona problemática. Esta diferencia es importante ya que una u otra será más adecuada para distintas aplicaciones.
Las cámaras termográficas tienen aplicaciones algo más amplias y generales que las acústicas, ya que las inspecciones térmicas pueden detectar presencia o ausencia de calor, lo que es un indicador de una numerosa cantidad de posibles fallos en dispositivos como:
Por su lado, la sensibilidad de las cámaras acústicas a frecuencias de sonido desde muy bajas a muy altas hace que sean ideales en aplicaciones como:
Las cámaras termográficas y acústicas funcionan por principios distintos: la primera lee ondas electromagnéticas, la segunda detecta ondas sonoras. La distancia en las que son efectivas dependen de diversos factores técnicos: sensibilidad, resolución del sensor, campo de visión, en el caso de las cámaras termográficas; sensibilidad del micrófono, intensidad del sonido y software de procesamiento, en el caso de las cámaras acústicas.
Este tipo de consideraciones son importantes para poder elegir la herramienta correcta para las inspecciones, ya que cada tecnología se adapta mejor a distintas condiciones y fenómenos, haciéndolas más idóneas.
Precisamente sobre visibilidad, ya que los objetos emiten radiación calórica sin importar la luz, las cámaras termográficas son capaces de capturar imágenes en condiciones de poca luz o de total oscuridad, agregando un plus de versatilidad a estos dispositivos. No es el caso de las cámaras acústicas, ya que si bien el sonido se puede detectar en cualquier condición, se hace necesaria la imagen para poder establecer el origen del mismo.
Cuando nos referimos a fiabilidad, hablamos de la capacidad de una cámara para funcionar de manera confiable y consistente bajo diferentes condiciones ambientales. En este caso tanto las cámaras infrarrojas como las cámaras acústicas se ven afectadas por las condiciones de mal tiempo y niebla.
El rango efectivo de la cámara termográfica se puede ver afectado por condiciones como lluvia, viento y sol cuando se trabaja en exteriores. En el caso de las cámaras acústicas, las mismas condiciones pueden disipar las ondas sonoras, además que eventos como lluvia y otros ruidos ambientales, tanto en exteriores como interiores, pueden afectar la toma de imágenes.
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En general, las cámaras infrarrojas suelen ser más eficientes en términos de energía que las cámaras acústicas debido a las diferencias en su funcionamiento y requerimientos.
Las cámaras termográficas utilizan sensores para detectar la radiación infrarroja emitida por los objetos, y no requieren iluminación adicional para capturar imágenes. Esto significa que pueden funcionar con un consumo de energía muy bajo, ya que solo requieren energía para alimentar los sensores y los sistemas de procesamiento de imágenes.
Por otro lado, las cámaras acústicas utilizan micrófonos para poder capturar imágenes, lo que significa que requieren una fuente de energía adicional para este. Además, las cámaras acústicas suelen tener sistemas más complejos para procesar las señales de sonido y generar imágenes, lo que también aumenta el consumo de energía.
Con estas respuestas claves a las preguntas más comunes sobre nuestras cámaras termográficas y acústicas, podrás elegir la opción que mejor se adapte a tus requerimientos en planta.
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